jueves, 4 de junio de 2009

EL DESTINATARIO

« Attention! Ne mets pas tes mains sur la porte, tu risques de te faire pincer très fort ! » Al final de los setenta, los que aún éramos niños hemos visto la aparición de un divertido conejo en todas las puertas del metro parisino que nos decía: « Attention! Ne mets pas tes mains sur la porte, tu risques de te faire pincer très fort ! ». Con esta pegatina, la RATP (la empresa de trenes de cercanía parisino) nos advertía, a nosotros los niños, del peligro al que nos arriesgábamos al dejar nuestros dedos en las puertas durante su cierre automático. La RATP ya había introducido una señal sonora, pero necesitaba de algo específico para prevenir a los niños.
La pegatina original constaba pues de un marco marrón y de un círculo amarillo y naranja dentro del cual se veía un conejo de trazo redondo y amarillo vestido de un peto naranja que se cogía los dedos en la puerta. Alrededor de su mano se dibujaba una estrella gris en señal de peligro y debajo del círculo se leía el eslogan antes citado. Es evidente que la RATP buscaba un destinatario juvenil: recurre a un animalito simpático, de colores llamativos y con la vestimenta típica de los niños a finales de los setenta. Así pues nada más que con el dibujo incluso un niño que no hubiese sabido leer habría entendido la advertencia. En cuanto a los niños en edad de leer, el eslogan era eficaz con las exclamaciones, el tono hiperbólico relacionado con el dolor, su concisión, su dirección (imposición con imperativo) y el tuteo. Además se colocaba a su altura.
En los años ochenta, el conejo se hace un lifting; los jóvenes han cambiado. Los colores y la vestimenta a la moda ya no son los mismos: ahora, nuestro animalito simpático es rosa y lleva ropa deportiva amarilla. Se ha quitado el marco marrón y la pegatina sólo consta de la escena del conejo cogiéndose los dedos entre las puertas automáticas. El eslogan sigue idéntico pero se le ha añadido un fondo rojo en señal de peligro. En los años ochenta, los niños parisinos conviven con las señalizaciones de tráfico de una gran ciudad y conocen perfectamente el significado del rojo. En los años noventa, París es una ciudad que se abre al turismo familiar; los niños ya no sólo son francófonos, sino que también hablan inglés y alemán. Así pues el dibujo se hace más sencillo y funcional, y aparece en eslogan en las tres lenguas. En 2002, se añade el español y el italiano. Se notan pequeñas variaciones, ya que los textos traducidos son más cortos e insisten menos en el dolor: - en inglés: Beware of trapping your hands in the doors. - en alemán: Finger weg von den Türen, Du könntest Dir sehr weh tun. - en español: No pongas las manos sobre las puertas, te expones a una magulladura. - en italiano (el único con exlamación): Non mettere le mani sulle porte, rischi di farti schiaccare le dita ! El ejemplo de la pegatina del conejo de la RATP sólo es un ejemplo de cómo la representación que tenemos de nuestros destinatarios es fundamental en la comunicación. Es un elemento pragmático esencial en nuestra apreciación del contexto. Así el conejo para los niños franceses (y europeos) es un elemento mucho más familiar y divertido que un agente de tráfico, una simple señal sonora o un mensaje radiofónico complejo. La idea se ha exportado al metro de Tokio, pero no aparece un conejo sino un gato blanco de líneas mangas que se coge la cola entre las puertas. El mensaje dice Doa ni gochuui ! (ドアにご注意), que se traduce por «¡Cuidado con la puerta!».