domingo, 7 de junio de 2009

Relevancia y humor

En el artículo "La Teoría de la relevancia como base para une nueva interpretación de la comunicación", el profesor Fernando Trujillo Sáez se propone aplicar las teorías de Sperber y Wilson a un texto argumentativo. Así pues, estudia un anuncio de Rón Barceló desde esta perspectiva cognitiva y demuestra que el hablante y el oyente efectúan procesos de realización y de interpretación de las implicaturas según varias fases, lo cual viene a demostrar la invalidez del esquema comunicativo como código. La teoría de la relevancia de Sperber y Wilson es una alternativa a las máximas conversacionales de Grice, y postula que el conjunto de conclusiones a las que llegan los hablantes de una comunidad según la ley del mínimo esfuerzo y a partir de un contexto particular constituyen su entorno cognitivo. En este sentido, el principio de la Relevancia (según el cual la relevancia es una garantía comunicativa) basta para establecer la relación entre los significados lingüísticos y los factores contextuales. Una de las aplicaciones de la teoría de la relevancia es la explicación del fenómeno humorístico. Así, Curcó se centra en los procesos cognitivos asociados al humor retomando la tesis de Forabusco sobre incongruencia (1992) “Un estímulo es incongruente cuando difiere del modelo cognitivo referente”. Para Curcó el mecanismo generador de humor (que no es exlusivo) parte de una implicatura básica (Key assumption) la cual se presenta en contradicción con la implicatura previsible (target assumption): la implicatura fuerte pasa a ser débil y viceversa. La recepción de una incongruencia indica al oyente la posibilidad de que el hablante expresa de manera implícita una actitud de distanciamiento con respecto a una de las implicaturas. También Francisco Yus Ramos considera que la incongruencia es necesaria pero no suficiente para la creación de un efecto humorístico. “Mi modelo comunicativo incide sobre todo en la imposibilidad inicial de determinar la intencionalidad de muchos actos (no)-verbales de nuestros interlocutores" (Yus:1996). Una de las compañías más divertidas en la actualidad es el grupo argentino Les Luthiers. En sus espectáculos recurren mucho a los juegos de palabra. Así, dicen:
"Mátate estudiando, serás un cadáver culto"
Este ejemplo nos permite observar la relación estrecha entre la semántica y la pragmática, y en particular con al teoría de la relevancia. Así, en el diccionario de la R.A.E.: matar.

(Etim. disc.).

1. tr. Quitar la vida. U. t. c. prnl.

2. tr. Acabar con alguien. Este trabajo me mata. Lo están matando a disgustos.

17. prnl. Hacer grandes esfuerzos para conseguir algo.

Tradicionalmente, en la lexicografía española, las acepciones en la microestructura de los diccionarios se organizan según un criterio etimológico. Así pues, las primeras acecpciones son las acepciones directas y las siguientes las mediatas, normalmente llamadas "figuradas". Por lo tanto, si la acepción 1 es la más inmediata, la acepción 17 en principio lo es menos. Sin embargo, en función del contexto textual (verbo reflexivo con complemetnto atributivo) como situacional (conversación distendida), en nuestro caso la acecpción 17 es más acesible:
mátate estudiando = esfuérzate para estudiar
Sin embargo, la segunda parte del enunciado niega nuestra primera interpretación: la palabra "cadáver" obliga a la oyente a retomar una interpretación directa del verbo "matar":
cadáver (culto) > mátate (estudiando) = suicídate (con tus estudios)
Por lo tanto, ¿podemos decir que el fenómeno aquí descrito anula el principio de relevancia? No. En efecto, la teoría de la relevancia es una teoría de la comunicación, es decir de las intenciones de los habalntes. En este sentido, el proceso cognitivo complejo (en dos fases) que el oyente tiene que efectuar para llegar a la correcta interpretación del sentido lingüístico complejo del enunciado dará cuenta del sentido intencional buscado por su interlocutor; según el principio de relevancia, el oyente será capaz de interpretar correctamente la situación comunicativa: es un chiste, y no una incongruencia. Evidentemente, el oyente es capaz de intepretar la intención de su interlocutor si comparte con él un mismo sistema inferencial. Es decir, según el principio de relevancia, si para un hablante "matar" no posee significado mediato, entonces aunque podrá interpretar correctamente el significado lingüístico, no entenderá la intención de su interlocutor.